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'Hemos estado aquí por tanto tiempo': Inmigrantes con estatus temporal esperan un camino a la ciudadanía bajo el gobierno de Biden

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Jesús Perlera en su camión en el puerto de Oakland el 18 de noviembre del 2020. Él es un beneficiario del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés), el cual le ha permitido trabajar en Estados Unidos por 19 años. (Beth LaBerge/KQED)

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Jesús Perlera, camionero de 39 años trabaja cada día transportando productos del puerto de Oakland a supermercados y almacenes, una labor considerada como esencial durante la pandemia del coronavirus.

Perlera, quien emigró de El Salvador, ha trabajado en los Estados Unidos por más de dos décadas. Pero su derecho a permanecer y trabajar en este país depende de un amparo humanitario conocido como Estatus de Protección Temporal (o TPS por sus siglas en inglés), un programa que se ha convertido en un blanco de ataque del presidente Donald Trump. El mandatario ha intentado varias veces eliminar la parte del programa que beneficia a personas originarias de El Salvador y cinco otros países.

A lo largo del mandato de Trump, Perlera ha pasado muchas noches en su casa de Concord sin poder dormir. Se preocupa que si termina el programa de TPS, podría perder su negocio y ser separado de sus dos hijos estadounidenses.

Entonces cuando Joe Biden ganó las elecciones presidenciales a principios de noviembre, Perlera sintió un gran alivio al saber que un cambio radical en la política migratoria del país sería posible.

"Sentí una gran paz", dijo Perlera en español. "Me siento mucho más relajado y tranquilo. Ahora espero que este nuevo gobierno de Biden cumpla lo que nos ha prometido".

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Perlera es tan sólo uno de los casi 250 mil trabajadores en California quienes tienen un estatus temporal, el cual podría recibir protección de la administración de Biden. Cabe mencionar que 85 mil de estos obreros son considerados como esenciales. Se espera que el Presidente electo use su poder ejecutivo para revertir muchas de las órdenes de Trump para limitar la inmigración, entre las cuales se incluyen intentos para terminar con el TPS y la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés). DACA beneficia a cientos de miles de jóvenes indocumentados conocidos como DREAMers o soñadores.

Biden por su parte ha prometido lograr una reforma migratoria que provea a los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos un camino a la ciudadanía, entre ellos los beneficiarios de DACA y TPS. Cumplir con esta promesa podría resultar ser mucho más difícil.

Uno de los primeros obstáculos para Biden es recibir el apoyo de una mayoría del Senado, algo que no está garantizado. Pero el nuevo Presidente también tendrá que responder a situaciones más urgentes al inicio de su mandato, dijo Muzaffar Chishti, miembro principal del Instituto de política migratoria en Washington, D.C.

"La pandemia va a dominar en las conversaciones políticas por al menos un año más", dijo Chishti. "El poder ejecutivo tendrá muy poco tiempo libre para enfocarse en otros temas que no estén relacionados con la salud o la economía".

Presidentes anteriores como George W. Bush y Barack Obama iniciaron sus gobiernos respectivos contando con apoyo suficiente para realizar una reforma migratoria, Chishti señaló, pero emergencias como los ataques del 9/11 durante el primer año de Bush y la Gran Recesión durante el primer mandato de Obama ocuparon más atención y energía de la Casa Blanca.

"Biden está heredando muy mala suerte. Imagínate, con una tasa de desempleo tan alta, ¿cómo puedes pedirla al Congreso que legalice a 11 millones de personas?" dijo Chishti. "Es algo muy difícil de vender y por consecuencia, creo que a corto plazo, una reforma migratoria a gran escala sería muy difícil de realizar".

Jesús Perlera maneja su camión en el puerto de Oakland el 18 de noviembre del 2020. Perlera dice que ha trabajado sin cesar desde que inició la pandemia. (Beth LaBerge/KQED)

Pero defensores de inmigrantes insisten que seguirán presionando a Biden para que este haga disponible a beneficiarios de DACA y TPS la residencia permanente, lo que representa un camino a la ciudadanía. Asimismo, muchos recipientes de TPS ("tepesianos") y DACA ya han formado fuertes lazos en los Estados Unidos.

Lariza Digan-Cuadra, quien dirige el Centro de Recursos Centroamericanos en San Francisco, dijo que simplemente no será suficiente que el próximo Presidente restaure las protecciones temporales como existían antes de que Trump intentara eliminarlas.

Según la ley, el amparo que provee el TPS dura de 6 a 18 meses. Beneficiarios de DACA deben de aplicar de nuevo cada dos años.

"Como eran las cosas antes será una buena línea de partida", dijo Dugan-Cuadra. "Consideramos eso solamente como un plan de corto plazo, pero no aceptaremos algo que no sea una reforma legislativa para proveer un estatus permanente a los DREAMers y tepesianos".

Varias cortes federales han atrasado las acciones de Trump para acabar con el estatus de TPS para más de 400 mil personas provenientes de El Salvador, Haití, Honduras, Nepal, Nicaragua y Sudán. Pero este otoño pasado, un panel de tres jueces de la corte de apelaciones del 9o circuito falló en favor de Trump y declaró que el Presidente sí podía terminar con estos programas.

Los demandantes de ese caso, un grupo de tepesianos y sus hijos estadounidenses, planean solicitar una segunda revisión del caso por la corte del 9o circuito. La fecha más temprana en que oficiales de inmigracion podrían anular los permisos de trabajos de personas provenientes de El Salvador es a principios de noviembre del 2021. Inmigrantes de otros países podrían perder su amparo tan pronto como el próximo marzo, dijo Ahilan Arulanantham, abogado de la Unión estadounidense por las libertades civiles, quien representa a los demandantes en este caso.

Por otro lado, las cortes se han pronunciado en favor de preservar a DACA para los casi 650 mil DREAMers que tienen este estatus. Sin embargo, el gobierno de Trump ya no acepta solicitudes para este amparo luego de que intentó anular este programa en 2017.

A principios de este año, la Corte Suprema falló en contra el gobierno federal y decidió que este no siguió la ley cuando trató de terminar DACA. Desde entonces, la administración de Trump se rehusa aceptar nuevas aplicaciones, lo que va en contra de fallos de tribunales inferiores.

El Instituto de política migratoria estima que más de 685 mil otros jóvenes son elegibles para aplicar para este programa, aparte de los recipientes actuales de DACA.

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Según cálculos de la organización bipartidista de investigación y abogacía "New American Economy", casi todos los beneficiarios de DACA y TPS trabajan y pagan alrededor de $5.5 mil millones de dólares en impuestos cada año. Muchos trabajan en sectores considerados esenciales durante la pandemia, como el cuidado de salud, la educación, cuidado de personas mayores, la construcción y la producción y distribución de comida.

En California, alrededor de 27 mil 700 tepesianos y 56 mil 900 recipientes de DACA laboran en posiciones de primera línea, o sea que conllevan más riesgo de ser contagiados, afirma el Centro para el progreso estadounidense.

De manera similar a Jesús Perlera, Karla López también es una trabajadora esencial. DACA ha permitido que López, de 27 años y residente de San José, trabaje como asistente de enfermería y estudie en un programa de enfermería de una universidad comunitaria.

La Junta directiva de enfermería de California requiere que todos los estudiantes de esa carrera posean un número de seguro social, algo que López no tenía hasta que aplicó a DACA en 2012, el año en que Obama creó el programa.

"DACA me ayudó tanto al aplicar a todos los trabajos que he tenido", dijo López, cuyo padre la trajo a Estados Unidos desde México cuando ella tenía tan solo 10 años. Ella ahora está criando a sus dos hijos. "Me ha abierto muchas puertas".

López trabaja en un asilo y cuida a personas mayores. Ella dice que no ha parado de trabajar durante la pandemia, incluso cuando estaba embarazada. Ella corre el riesgo de contagiarse y llevar el virus a su casa, donde se encuentra su hijo de 4 años.

"Era algo muy espantoso", dijo López, quien actualmente está bajo licencia de maternidad luego de dar a luz a su segundo hijo. "¿Pero sabes qué? Es mi trabajo. Esta es la responsabilidad que yo escogí".

López dijo que el triunfo de Biden la hizo sentir como si perteneciera de nuevo dentro de los Estados Unidos, después de temer por su futuro durante los cuatro años del gobierno de Trump. Ella espera que los recipientes de DACA y todos los otros inmigrantes indocumentados se conviertan un día en ciudadanos de Estados Unidos.

"Hemos vivido aquí por tanto tiempo", dijo ella. "Esto se ha hecho mi hogar, es donde he vivido casi toda mi vida".

Jesús Perlera cierra la puerta del remolque de su camión el pasado 18 de noviembre del 2020. (Beth LaBerge/KQED)

Perlera, quien ha trabajado en los Estados Unidos desde los 18 años, quiere que las contribuciones de los inmigrantes sean reconocidas y que resulten en amparos más permanentes.

"Le agradezco a este país por darme estas oportunidades", dice Perlera, quien de niño soñó convertirse en camionero. "En mi país de El Salvador, no hay tantas oportunidades como aquí".

Estos tres años pasados, Perlera enfrentó la posibilidad de la deportación y decidió que no iba a regresar con sus hijos a El Salvador, en donde la violencia de la pandilla y la pobreza siguen creciendo".

"Quiero que mis hijos tengan una buena vida, no como la vida que a mí me tocó", dijo él. "Mi juventud era muy difícil".

Perlera explicó que uno de sus siete hermanos todavía era pequeño cuando su padre murió, lo que forzó a ese hermano comenzar a trabajar en los campos de café, arroz, y otros cultivos a los 7 años. Ni llegó al sexto año de la primera, dijo él.

Ahora, Perlera está orgulloso de ser el dueño de su propio negocio y acaba de pagar su camión de línea Freightliner de un valor de 80 mil dólares. Luego de tantos años en este país, le gustaría tener la estabilidad que acompaña ser un residente permanente.

"No sabemos qué va pasar en cuatro años", dijo él. "¿Qué pasa si viene otro presidente repblicano y volvemos a la misma situación en donde enfrentamos de nuevo el riesgo de ser deportados?"

Este artículo fue traducido por el periodista, Carlos Cabrera-Lomelí.

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