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Contribución Inmigrante al Movimiento Laboral en Silicon Valley

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Con renovado sentido de determinación, conserje Jesús Solorio se dirige a los trabajadores del sector de servicios en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. (Beth Willon/KQED)

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Jesús Solorio es obstinado, y esta característica le sirve muy bien. En vez de sentirse víctima de la creciente desigualdad de ingresos en el Silicon Valley – se ha convertido en un activista laboral incansable, negándose a abandonar el Sueño Americano.

“Me gusta ser campeón a favor del aumento del salario mínimo”, dijo Solorio. “Me gusta estar con otras personas, ayudándolas para que tengan mejores salarios y una mejor vida."

Solorio, de 30 años, era empleado de limpieza en la empresa eBay Technology, con sede en San José. Salió de México de adolescente, y ahora es padre soltero, criando a su hija, de 7 años, en un barrio aguerrido a 13 millas del brillante recinto de eBay.

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En febrero, Solorio entró alma y cuerpo al nuevo movimiento laboral, llamado en inglés, Silicon Valley Rising, uniéndose a cientos de otros empleados de limpieza, de cocina, de mantenimiento, recepcionistas y guardias de seguridad. Estos empleados de servicios se están enfrentando con las empresas de alta tecnología por las que trabajan, exigiendo que paguen un salario digno.

Están poniendo de manifiesto la desigualdad de ingresos. En la región conocida como Bay Area, la brecha entre el 20 por ciento de hogares de mayores ingresos y el 20 por ciento de menores ingresos, ha alcanzado los $263.000 – un nuevo récord.

La nueva campaña la impulsa en su mayoría personas inmigrantes, quienes comprenden el 46 por ciento de la fuerza laboral de Silicon Valley y un número importante – incluyendo a Solorio – está entre los que menos ingresos perciben.

“Un alto porcentaje de los trabajadores de bajos ingresos del sector de servicios – en particular en la industria de la tecnología – es inmigrante”, dijo Ben Field, ejecutivo del South Bay Labor Council. “Por esta razón, representan un componente muy importante del movimiento Silicon Valley Rising”.

Una mañana reciente, Solorio lleva a pie a su hija Evelyn a la cercana escuela primaria de San José – donde tiene derecho a recibir refrigerios a precio reducido. Por el camino, habló de lo difícil que le resulta llegar al mes con su modesta paga mensual. Solorio siente que tiene suerte por ser miembro de un sindicato, SEIU USWW. Bajo los términos de su contrato, él gana $15.50 la hora, más beneficios. Esta paga es mejor que la de muchos empleados de servicios en el Silicon Valley que no pertenecen a ningún sindicato y que ganan $12 la hora, como promedio. Pero aún así, el dinero no alcanza.

“Con una persona sola, no está tan mal, pero cuando tienes familia y otras personas por quienes velar, se vuelve muy difícil”, dijo Solorio.

Conserje para la empresa eBay, Jesús Solorio, es una presencia constante en las manifestaciones y marchas.
Conserje para la empresa eBay, Jesús Solorio, es una presencia constante en las manifestaciones y marchas. (Beth Willon/KQED)

Los costos de la vivienda en el Silicon Valley están entre los más altos en el país, lo cual agudiza aún más la brecha entre los ingresos. Solorio y su hija comparten un apartamento de dos recámaras muy pequeño con su hermano y su familia de cuatro. Es la única manera que pueden pagar el alquiler mensual de mil quinientos dólares.

Las mañanas son un reto para Solorio después de trabajar el turno de noche, pero se sacude el sueño cada día para llevar a Evelyn, de pie o en auto, a su escuela.

Es claro que éste es su momento para conversar a solas. De la mano de su papá durante el trecho de 20 minutos, Evelyn trota en sus zapatillas de luces parpadeantes estilo Princesa Anna de la película “Frozen”. Hoy le cuenta a su papá lo que ella quiere de regalo por su cumpleaños.

“Vamos a hacer un paseo a Chucky Cheese”, dice Evelyn.

Papá e hija se detienen en una tienda de donuts por el camino para darse el gusto de un desayuno a un dólar. Solorio dice que es su hija la que le da ánimos, que por darle una vida mejor, él hará cualquier cosa.

Al igual que Solorio, aproximadamente la mitad de la fuerza laboral de Silicon Valley proviene de otro país – el 46 por ciento, según el consorcio Joint Venture Silicon Valley, compuesto de dirigentes empresariales y cívicos. Algunos inmigrantes han establecido exitosas empresas de tecnología y se encuentran entre los que más ingresos perciben. Pero un gran porcentaje está del lado opuesto de esa escala salarial.

“Son el motor de esta economía pero se han estancado sus ingresos”, dijo Russell Hancock, presidente de Joint Venture Silicon Valley. “No ha habido crecimiento en sus salarios durante décadas”.

¿Cómo es que siguen estancados sus ingresos, con lo próspera que es la economía de Silicon Valley? Solorio – como muchos empleados del sector servicio en las empresas de tecnología – en realidad es empleado de una de las compañías contratadas por las grandes empresas tecnológicas. Estas compañías contratistas compiten entre sí. Field, el que dirige el South Bay Labor Council, indica que es una receta apta para la explotación.

“Las empresas de alta tecnología están utilizado a contratistas quienes con frecuencia son operadores de pocos escrúpulos”, dijo Field. “No pagan bien a sus empleados y no les ofrecen beneficios”.

Conserje Jesús Solorio dice que hará cualquier cosa por darle una mejor vida a su hija.
Conserje Jesús Solorio dice que hará cualquier cosa por darle una mejor vida a su hija. (Beth Willon/KQED)

El empleador de Solorio, contratista de servicios de limpieza GCA Services Group, no devolvió llamadas hechas a sus oficinas en Ohio y en Alviso. Un vocero de eBay dijo que su empresa no quiere comentar sobre las crecientes disparidades en los ingresos.

Activistas del movimiento Silicon Valley Rising han estado manifestándose frente a las oficinas de los contratistas así como de las grandes empresas tecnológicas. Están obrando por lograr que se únan los empleados del sector de servicios a los sindicatos. Y el movimiento – una coalición de sindicatos laborales, grupos de fe religiosa, defensores de inmigrantes y organizaciones de base – también aboga por viviendas más económicas en la región.

Se lanzó el movimiento de Silicon Valley Rising en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en el vecindario de Mayfair, al este de la ciudad de San José. En los años 50, gran parte de la zona se conocía como Sal Si Puedes. Es la misma iglesia en la que César Chávez lanzó su movimiento como activista y dirigente laboral agrícola, inspirado y animado por el párroco. Hoy la iglesia sirve a una comunidad predominantemente latina, con la misa y servicios comunitarios en español.

Salvador Bustamante, otrora trabajador agrícola también, es director ejecutivo de Latinos Unidos por una Nueva América y uno de los dirigentes del movimiento laboral. El cree que el grupo Silicon Valley Rising debe ir más allá de la antigua manera de organizar a trabajadores.

"La gente necesita avanzar otro nivel más", dijo Bustamante. "No es suficiente ser miembro de un sindicato. También hay que participar en el proceso político".

Solorio se ha tomado a pecho esta sugerencia. Intenta ayudar a otros trabajadores del sector de servicios con unirse a un sindicato. También hace acto de presencia en casi toda manifestación. Ha viajado varias veces a Sacramento para protestar frente al Capitolio a favor de un proyecto de ley que haría responsables a las empresas que no compensan a los trabajadores por ingresos atrasados. Quiere mejorar su propia situación y se siente obligado a hablar por otros trabajadores del sector de servicios quienes no tienen la protección de un sindicato.

"Hay muchas personas con miedo a participar porque siempre ocurre donde les dan de alta", dijo.

Solorio indica que la única manera que los trabajadores inmigrantes van a ganar esta batalla por salarios más altos y mejores beneficios es con arriesgarse. En este momento, dijo, no hay donde ir sino arriba.

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California tiene la séptima economía más grande del mundo, y a lo largo de la historia del estado, los inmigrantes han contribuido mucho al desarrollo de esta prosperidad. Hoy, una de cada tres personas trabajadoras en California es inmigrante – proporción que ha crecido en las últimas décadas. Nuestro estado está conformado por estos trabajadores y emprendedores – 6 millones de personas que han encontrado empleo en el Estado Dorado. En nuestra serie “Transformación migrante”, KQED y The California Report exploran el impacto que surten los inmigrantes, los retos que enfrentan y las políticas que les afectan.

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